Desprendimiento de Retina
El desprendimiento de retina es una afección en la cual se produce una separación de la misma, con la capa coroidea adyacente, quedando entre ambas un espacio líquido.
Esta condición produce graves alteraciones en el funcionamiento de la retina, y si se prolonga, ocurre un daño irreversible de los fotoreceptores (células encargadas de la visión).
Habitualmente esta afección, es precedida por una zona de rotura de la retina, que se denomina desgarro retinal, el cual es provocado por alteraciones o factores degenerativos de la misma: altas miopías, inflamaciones intraoculares previas con adherencia del humor vítreo que provocan su tracción, golpes o traumatismos perforantes, pero también en gran parte sin manifestaciones previas.
Esta rotura permite la penetración de un líquido, proveniente del humor vítreo, que ingresa y va separando la retina de la coroides, aumentando el desprendimiento, formándose muchas veces una bolsa líquida subretinal.

Signos y síntomas
- Los primeros síntomas son la aparición de destellos luminosos o flashes de luz asociados muchas veces a opacidades flotantes que se asemejan a mosquitos o hilachas que aparecen en el campo de visión.
- Con el tiempo (horas, días), se agrega una mancha negra habitualmente periférica en el campo visual que, sin tratamiento, se extiende progresivamente hasta abarcar toda la visión.
- Ocasionalmente, los pacientes muestran una reducción de la agudeza visual y una visión distorsionada de los objetos.
Tratamiento
El tratamiento debe ser URGENTE y es eminentemente QUIRÚRGICO. Ya que sin tratamiento oportuno esta enfermedad lleva a la pérdida total de la visión. Hay que tener en cuenta, que los resultados no son siempre todo lo alentadores que se quisiera, en especial si la retina ha estado desprendida mucho tiempo, o si se ha afectado la mácula. Su finalidad es lograr adherir la retina desprendida, lo cual se puede lograr mediante distintas técnicas que dependerán de cada caso en particular.
- Retinopexia Neumática:
Mediante la inyección de gas intraocular expansible, en la cavidad vítrea, asociado a uso de crioterapia o láser, se pretende bloquear el paso del líquido a través del desgarro por la burbuja de gas y se sellan los bordes con crioterapia o láser para crear una adherencia en forma definitiva. Esta técnica se usa en casos de desgarros únicos pequeños ubicados en la zona superior de la retina.
Requiere posicionamiento de la cabeza en el post operatorio.
- Explantes epiesclerales de Silicona:
También llamada operación de retina clásica, logra adherir la retina mediante la indentación de la pared ocular, para poder acercar la retina a la coroides, lo que se logra con un trozo de silicona suturado a la esclera en el sector del desgarro, generalmente más una banda de silicona alrededor del ojo.
Posteriormente se realiza una punción evacuadora del líquido subretinal (si es necesario), y se provoca una inflamación de los tejidos en la zona de la rotura retinal, para que éste al cicatrizar lo cierre.
Para ello se puede aplicar frío (crioterapia) o calor (láser) en dicha zona. Finalmente se puede asociar a inyección de gas dentro del ojo, que se expande en los siguientes días y así ayuda a mantener la retina adherida.
- Vitrectomía:En los casos más complejos, con compromiso macular, hemorragia vítrea, tracción vítrea, presencia de desgarro gigante o desgarros múltiples o simplemente no se logra determinar dónde está la rotura retinal se realiza esta cirugía que consiste en ingresar a través de 3 incisiones esclerales al interior del ojo y trabajar desde adentro con instrumentales especiales (una luz, una irrigación y un instrumental). El principal instrumental es el vitrector que permite cortar el humor vítreo y aspirarlo, logrando liberar tracciones y facilitar la reaplicación de la retina. Es una cirugía de mayor complejidad quirúrgica, muchas veces prolongada, y donde se pueden utilizar tijeras, pinzas, uso de gas o aceite de silicona, endodiatermia y endolaser para lograr cerrar el o los desgarros y mantener la retina aplicada finalmente.
La recuperación de la operación de desprendimiento de retina generalmente es lenta (semanas, meses) y muchas veces es necesario adoptar ciertas posiciones de la cabeza en el post-operatorio algo molestas, pero que son indispensables para lograr una adherencia efectiva de la retina.
Dependiendo de la complejidad de cada caso, siempre existe algún riesgo de que la retina nuevamente se desprenda y sea necesario re-operar.