Conoce la Enfermedad Tiroidea Ocular y sus Tratamientos
Esta condición, también conocida como Orbitopatía de Graves, es una afección relativamente común que provoca, por lo general, hinchazón y retracción de los párpados y se trata con distintos métodos dependiendo de su estado de avance.
La Enfermedad Tiroidea Ocular, también conocida como Orbitopatía de Graves, es una alteración autoinmune que produce principalmente inflamación alrededor de los ojos y retracción de los párpados. En la mayoría de los pacientes estos cambios son leves, sin embargo, un 25% de los casos puede presentar cuadros más agresivos que podrían provocar alteraciones de la visión, como estrabismo e, incluso, ceguera.
Esta patología se presenta en dos etapas. La primera fase se caracteriza por síntomas de inflamación, que reflejan la actividad del sistema inmune, y que si progresa puede traer consigo un mayor grado de compromiso estético y funcional. En la segunda etapa, desaparece la inflamación y se detiene el progreso del compromiso ocular, por lo que se pueden observar las consecuencias o secuelas del daño ya producido por el ataque del sistema inmune.
¿Quiénes padecen principalmente esta enfermedad?
La Enfermedad Tiroidea Ocular se asocia frecuentemente con hipertiroidismo, pero se puede presentar en pacientes con niveles de hormonas tiroideas normales o incluso bajos (hipotiroidismo).
Se trata de una condición relativamente común que, si bien afecta con mayor frecuencia a mujeres en edad fértil, su presentación más severa se ve en fumadores, hombres, mayores de 60 años y pacientes tratados con yodo radiactivo.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas varían según el estado de avance de la enfermedad y entre ellos destacan:
- Asimetría de párpados.
- Retracción de párpados (signo clínico más frecuente).
- Protrusión ocular o exoftalmo (ojos prominentes o saltones).
- Ojos hinchados y rojos.
- Irritación ocular y aversión a la luz.
- Dolor ocular y sensación de presión.
- Visión borrosa.
- Visión doble (diplopía).
- Disminución de calidad visual con alteración de visión de colores o pérdida de visión.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento es personalizado y depende de la fase y severidad que presente el paciente, por lo que es muy importante una evaluación adecuada y temprana para un diagnóstico oportuno.
En la primera fase es posible intervenir con medicamentos para modificar la evolución del cuadro y, así, disminuir las secuelas o complicaciones de la etapa crónica. También se recomiendan suplementos nutricionales y cambios de hábitos asociados a factores de riesgo, como el tabaquismo.
Ya en la segunda etapa de esta enfermedad, los pacientes no son candidatos a tratamientos médicos y en algunos casos pueden requerir de diversas cirugías para ayudar a mejorar la función visual, proteger la superficie ocular, corregir el estrabismo y mejorar el aspecto físico de los ojos.
Recuerda que el diagnóstico de cualquier enfermedad debe ser realizado por un médico.